Nada de relato, nada de trama, nada de “película”, nada de despedidas.
“Adiós al lenguaje” se inscribe en el cine poético y más allá de las vanguardias de Buñuel y más aca de Tarkovski, pero lejos de todo. Me gusta pensarlo como el desarrollo logrado de una performance cinematográfica en torno al arte contemporáneo; nada de happenings tampoco. Yo creo que Jean-Luc Godard hizo “Adiós al lenguaje” no como fin, nada de Hegel, sino como saludo, al pasar, a la distancia, como estando al lado del lenguaje y desde el cual nos saluda, adieu au langage, comment ça va, ça va bien y todo eso…
Pero asimismo, es el saludo de la poesía, de la poesía total. Poético y pictórico. Pintura y cine. Entretenido y devenido con el pensamiento pictórico de Monet, para entretejer las posibilidades de la imagen, de lo visible y lo invisible.
La textura visual y sonora, los textos, las citas, los intersticios de historia, ya que en un perro también hay lenguaje, lo íntimo, lo amoroso, el bosque que es el mundo, la memoria, la metáfora, la voz, la naturaleza. Todo se minimiza en este saludo poético de extremo pensamiento, de extrema belleza.
Cine para recomendar a los lectores de poesía.
Ramiro Sacco